Economía,  Sociedad

España ya es uno de los países más ruidosos del mundo

Proliferan detectives del ruido en España, bufetes de abogados y empresas especializadas en luchar contra el fenómeno de la molestia masiva a través del ruido

Tráfico en la vía pública, botellones, camiones de recogida de la basura, ascensores, restaurantes y fiestas vecinales son solo alguno de los ruidos que a diario “azotan” los tímpanos de millones de usuarios y es que el 72,3% de los españoles considera que su ciudad es ruidosa y un 91% cree que la sociedad no está concienciada contra el ruido; según el estudio de GAES-Ruida y audición en España los ruidos que más molestan son las obras con un 58,8%, las fiestas de vecinos con un 28,7%, el tráfico con un 28%, y los ruidos del propio hogar con un 15,8%; según la misma encuesta un 27% de los ciudadanos reconoce tener problemas para dormir por culpa de ruidos no deseados.

Bajo la perspectiva europea los datos no son más esperanzadores afirma el periodista Francisco Canals, más de 125 millones de europeos soportan niveles de ruido por encima de los 65 decibelios (según la Agencia Europea de Medioambiente) superando el límite aconsejado por la UE. Barcelona y Madrid ya se han posicionado entre las ciudades europeas más ruidosas tan solo superadas por Estambul según el Informe Encuesta sobre la Calidad de Vida en las Ciudades Europeas elaborado por la Comisión Europea; otros informes como el de la OMS asegura que España ya es el país más ruidoso de Europa en un país en el que 9.000.000 de españoles viven en un entorno de contaminación acústica.

En nuestro país el porcentaje de viviendas con problemas de ruidos está encabezado por Ceuta y Melilla (45%), seguido de Valencia (37%), Andalucía (33%), Aragón (25%), Asturias (23%), Baleares (32%), Canarias (32%), Cantabria, (25%), Castilla y León (19%), Castilla-La Mancha (19%), Cataluña (33%), Extremadura (22%), Galicia (20%), Madrid (34%), Murcia (33%), Navarra (23%), País Vasco (31%) y La Rioja (24%), según el INE.

El fenómeno del ruido ya ha dado pie a la existencia de todo un “mercado de la contaminación acústica” en el que proliferan bufetes de abogados especializados en demandas civiles; tampoco faltan médicos especializados en el tratamiento de trastornos derivados del ruido o empresas dedicadas a la venta de sonómetros y apps cuyo objetivo es detectar y esquivar fuentes de ruido mediante su sencillo uso en el Smartphone.