Se estima que cada año se extravían más de 500.000 objetos en toda España. La llegada del verano y el aumento de los desplazamientos intensifica el fenómeno. Los españoles ya gastan 10 minutos al día en la búsqueda de objetos perdidos
Llaveros, bolsos, tablets, mochilas, maletas, gafas, DNI, carnes, documentos personales o cámaras de fotos… son los objetos más extraviados en verano. El fenómeno se intensifica durante julio y agosto, meses en los que se prevén hasta 14,2 millones de desplazamientos afirma Francisco Canals, periodista y autor del reportaje.
La mayoría de objetos nunca se recuperan, su baja cuantía o la incapacidad para demostrar la propiedad con documentos de valor probatorio son los motivos principales. Aquellos que tienen etiquetado el nombre del propietario son los más afortunados ya que se envían a los consulados o bien a los ayuntamientos en el caso de turistas nacionales, aunque solo representan el 21% del total. Algunas oficinas de objetos perdidos permiten hacer consultas online y conocer, mediante el número de serie, si su objeto está en la base de datos. Los lugares más habituales para la pérdida de objetos son las calles (con un 53,4%) seguido por los bares y cafeterías.
Las mujeres son más persistentes que los hombres, un 37,2% de ellas insisten en buscar el objeto perdido volviendo al lugar sospechoso mientras que los hombres (con un 28,9%) dan por perdido el objeto según un informe de la prestigiosa empresa Recupérame. Pero son las estaciones de tren y aeropuertos las que más pérdidas acaparan, en el Aeropuerto de Madrid se registran un total de 39.000 objetos perdidos al año (106 diarios) en muchas ocasiones se subastan tras 6 a 12 meses sin que nadie los reclame ante la imposibilidad de almacenarlos por un tiempo indefinido… Al fenómeno deben añadirse perros, gatos y animales perdidos en espacios públicos, se estima que cada verano se pierden o abandonan más de 10.000 mascotas en toda España.
En la actualidad prolifera todo un mercado dedicado a la búsqueda y localización de objetos, desde apps a localizadores GPS que se pueden adherir a los objetos más valiosos. También se ha multiplicado el número de webs especializadas en la búsqueda de objetos, vehículos o animales, su función es operar como vehiculadores de la oferta y demanda en el sector. Todo esto sin contar con los cerrajeros, profesionales que tienen importantes vías de ingresos con el mercado de las llaves perdidas. Las oficinas de objetos perdidos se han convertido en testimonio activo de muchos de los objetos más rocambolescos (afirma Francisco Canals) en Pamplona se llegó a entregar un Ave rapaz nocturna… en otras oficinas se han registrado objetos como una entrada para un concierto de Justien Bieber, dentaduras postizas, sonotones, tesinas universitarias o prótesis de distinta naturaleza. Canals ha elaborado un breve decálogo de consejos entre los que destaca la necesidad de etiquetar adecuadamente los productos, guardar las facturas de compra o apuntar los números de serie. En lo relativo a las técnicas de búsqueda deberemos evitar el efecto camuflaje o buscar en los cambios de plano ya que se trata de técnicas efectivas destinadas a recordar el lugar donde hemos extraviado el objeto.